Leer... desde la familia (1): Cinco grandes consejos.
Para empezar a hablar de la LECTURA y de como han de aprender vuestras
NIÑAS y NIÑOS (hijas, hijos, sobrinas, nietos, conocidas, amistades…) debemos
partir de una idea básica muy importante:
Se debe leer y aprender a leer
(también y especialmente)
fuera de la escuela, en la cotidiana cotidianidad de cada día
y en todas las situaciones.
Leer es necesario para que un individuo se mueva en la sociedad, para
crecer como persona y para poner en marcha el cerebro.
El entorno familiar es uno de los factores más importantes a la hora
de iniciar a los menores en el aprendizaje de la lectura y para consolidar este
aprendizaje.
Es por esto que los padres, las madres, los parientes y amigos deben
contribuir a proporcionar un ambiente que estimule la lectura de los menores.
1.- CINCO GRANDES CONSEJOS
Por poco tiempo que parezca que tenemos para compartir cuando estamos
con ellos siempre hay situaciones de interrelación e intercambio desde las que
facilitar el aprendizaje de la lectura. Por empezar, os regalo cinco grandes
consejos:
HABLADLES DESDE QUE NACEN.
Cuantas más palabras escuchen más palabras conocerán, más palabras podrán
entender y utilizar en su conversación diaria. Al enriquecer el lenguaje se
enriquece también el pensamiento. Y hablar, escuchar y pensar será importante
para ellos.
ESCUCHADLES.
Cuanto más se
les escuche y se aprecie lo que dicen, mejor podrán desarrollar patrones de
lenguaje apropiados y se sentirán importantes por comunicar lo que oigan,
piensen o quieren. Al escucharlos conseguiréis que aprendan y se acostumbren a
comunicarse.
QUE OS VEAN LEER CADA DÍA.
Cada vez que lo hacéis estáis desarrollando su estima por los libros y por la
lectura. Leer cualquier cosa: por necesidad, por placer, por buscar, por
encontrar...
CONTADLES O LEEDLES
HISTORIAS, CUENTOS O POESÍAS, CADA DÍA. Con eso los estáis familiarizando con
un lenguaje más elaborado, que es el instrumento idóneo para su desarrollo
intelectual. Y pondréis en marcha su imaginación.
AYUDADLES A AUMENTAR SU
VOCABULARIO.
Estimuladles para que hagan preguntas sobre todo el que los rodea.
Con dos condiciones: que os comprometáis a contestarlas todas en un lenguaje
que puedan entender y que les dejéis claro que todas las preguntas son buenas y
por preguntar nunca harán el ridículo. Podéis buscar respuestas en Internet;
juntos, claro.
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