lunes, 4 de junio de 2012

EL DEPORTE INFANTIL, COMO ELEMENTO EDUCATIVO (1)


En principio todos tenemos la idea -más o menos reflexionada o intuitiva- que practicar deporte de manera habitual es una actividad positiva para los niños y las niñas,especialmente si es un deporte de equipo.

A los niños y a la niñas desde muy pequeños les gusta el movimiento, la actividad física, con lo que aprenden a utilizar el cuerpo y a quemar energías. También, cuando van haciéndose mayores, les gusta realizar actividades con otros, para sentirse miembros de un grupo y conseguir cosas juntos, sea un resultado de una competición deportiva, un dibujo colectivo o una actividad de investigación escolar. 
Evidentemente, y así lo dicen los especialistas, que el deporte para los pequeños puede ser un juego, una fuente de placer por el que tiene de actividad física, de superación personal y de relación con los otros, convirtiéndose en un elemento más de su educación. Pero un elemento que en principio es positivo puede llegar a transformarse en un conjunto de rígidas actividades y obligaciones que en lugar de ayudarlos en su evolución y crecimiento como personas del presente y del futuro, les complique su educación personal.

LA IMPORTANCIA DEL DEPORTE PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS
Está claro que el deporte de equipo los da a los más pequeños la oportunidad de jugar en compañía, de sentirse parte de uno todo que debe estar bien avenido y cohesionado por poder obtener resultados positivos al marcador, aunque los resultados del marcador del campo no deberían ser aquello más importante para los niños deportistas sino el mismo hecho de jugar. Porque cuando nos referimos al deporte infantil debería quedar claro que más importante que ganar es:
  • Aprender a jugar juntos, experimentando directamente que lo que hace cada uno repercute directamente en el que hacen y harán los compañeros, y viceversa: el sentimiento de pertinencia a un grupo.
  • Sentirse necesario para el equipo y sentir como necesarios a todos los otros, ya estén en el terreno de juego o esperando como suplentes: la valoración personal.
  • Aprender a entrenarse, a realizar unas actividades -físicas o no- que parece que no tengan que ver con jugar partidos, pero que son fundamentales por a poder jugar: la planificación y la constancia.
  • Saber que hay unas reglas, más o menos arbitrarias, que son las que conforman y enmarcan aquella actividad y la convierten en deporte: las normas en la vida.
  • Pasárselo bien jugando y entrenando, pero también hablante del partido y del entrenamiento, pensando y expresando como se han sentido jugando, ganando o perdiendo...: la reflexión personal y la comunicación.
  • Tomarle gusto a la actividad deportiva para que continúe practicando a lo largo de su vida, sea en equipo o individualmente: la educación física.

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