JUGAR NO ES
TENER JUGUETES, NI QUERER ES REGALAR.
(UNA OFERTA DE REGALOS ALTERNATIVOS Y GRATIS)
(UNA OFERTA DE REGALOS ALTERNATIVOS Y GRATIS)
La Navidad se ha convertido en la fiesta del consumo.
Es el momento del año en que nos planteamos y nos permitimos regalar,
demasiadas veces de forma compulsiva, si nos lo permite el bolsillo. O con
cierto sentido de culpa si no podemos comprar y ofrecer a los pequeñs todo
aquello que sale por la tele y en los catálogos, y ellas y ellos apuntan
con el dedo o escriben a la carta a los Reyes.
Ni hace falta decir que los mejores juguetes no son
los que se juegan solos, ni los que los encierran en casa ante una pantalla o
pantallita y ejercitan los dedos pulgares; o los que reproducen los roles
sexistas y hacen a los hombres chicos valientes, técnicos y guerreros y a las
mujeres chicas dulces, figurines o amas de casa. Ya es muy sabido y repetido
por los mismos medios de comunicación que nos agobian con juguetes de estos.
Está claro que el "juguete" es un artículo
de consumo, además de un elemento que tendría que facilitar el juego de niñas y
niños y ayudarles a crecer y a aprender a moverse, a relacionarse y a vivir.
Porque jugando es como los bebés van haciéndose mayores, *ensayando movimientos
como, después, los niños ensayan la vida adulta, despacio, con sus juegos,
divirtiéndose, como suelen hacer los pequeños si les dejamos.
Además, recordamos que jugar no es aquello que se hace
con los juguetes -a veces, sólo mirar o desempaquetar- sino que jugar es una
actividad infantil necesaria que se puede hacer con juguetes comprados, con
juguetes rotos y reciclados, con utensilios del mundo adulto o sólo con el
cuerpo, el movimiento y/o con las amigas y amigos o los adultos cercanos.
Pero aquello que les gusta a los niños y a las niñas
es poder compartir la vida con los padres, madres, hermanos y otros parientes y
amigos, aprendiendo la vida, con actividades cotidianas y extraordinarias que
les haran reir y vivir y tejer su historia personal y común.
Y, por cierto, que la Navidad consumista no aplaste lo
más importante que todavía podemos encontrar entre papeles de colores, ruidos y
reclamos publicitarios, las relaciones familiares tranquilas, con tiempo, donde
los más pequeños podrán aprender que la família es importante e, incluso,
divertida.
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