domingo, 21 de octubre de 2007

EL TERRITORIO, LA BASE DE LA VIDA

Dejando de lado definiciones administrativas o políticoeconómicas, tendríamos que decir que el territorio es una porción de superficie del suelo que está a nuestro alrededor, en la que vivimos y de la que nos sentimos parte. Habría un territorio personal o de un grupo humano: pueblo, comarca, nación... Es la base física sobre la que nos hacemos personas en comunidad y crecemos como tales.

Para sentir el territorio como propio se debe haber explorado y aprendido desde la experiencia y el contacto con su extensión y todo lo que vive y permanece. Sin embargo, en estos momentos, el territorio de muchas niñas, niños, jóvenes y adultos es un trozo de la ciudad, el patio del colegio, la zona de pubs, el puesto de trabajo, un kilómetro de playa o el habitáculo del automóvil.


Sin un conocimiento del territorio por las generaciones más jóvenes es imposible pensar que nadie pueda defenderlo para el presente y para el futuro. No se defiende lo que ni importa ni se ama. Amando el propio territorio no se hubieran impulsado, realizado o consentido tantas barbaridades urbanísticas y proyectos de destrozo del paisaje, de la naturaleza, de los ríos...

Hace años el territorio más cercano, el local y comarcal, se iba aprendiendo con las expediciones infantiles por el pueblo y sus alrededores, las excursiones juveniles de Pascua por el término, el desplazamiento al huerto o al terreno de secano con el abuelo o el padre a realizar las tareas agrícolas. Esto parece haberse acabado, y ni la escuela –a la que se le suele encargar todo- de eso se encarga, y el territorio no se puede aprender a los libros ni a Internet ni a la televisión. Es por esto que instituciones públicas o privadas deberían poner el territorio al alcance de toda la población. Aquí a cerca, dicen que la Mancomunidad de la Ribera plantea unas rutas comarcales en bici, cosa que buena falta hace; o el Ayuntamiento de Alzira que ha empezado a limpiar una parte de la Vía Verde Carcaixent-Dénia.

Eduard Sarrió y su Fitzcarraldo bajando su RÈQUIEM por el XÚQUER en barca, (leemos lo que nos dice Salvador Llàtzer sobre esto en Alquibles) o las Propuestas para Generalizar el Uso de la Bici de Pedro Gento (leer Propuestas) son dos ejemplos de toques de atención en cuanto a la conciencia del territorio y su aprehensión.

Los Ayuntamientos, las Mancomunidades, la Generalidad deberían tomar partido y poner ideas y presupuestos para que toda la población de un territorio lo conozca y lo estime como es debido y compartan esta experiencia y conocimiento. Porque el territorio es la base de la vida personal y social.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hvala za intiresnuyu iformatsiyu