miércoles, 31 de octubre de 2012

Leer... en familia (2): En las situaciones cotidianas.



Podéis aprovechar las situaciones de la vida diaria para introducir y potenciar la lectura de vuestros hijos e hijas: 


  • Tened la televisión apagada y ponedla en marcha para ver un programa concreto. Que el normal sea tenerla en casa apagada. La televisión, además de distraer la atención impide cualquier otra actividad. Además, se aprende a percibir la realidad como una cosa cambiando que no necesita ningún esfuerzo para ser percibido y que dificulta el aprendizaje de la lectura. Porque para leer hay que descifrar con un cierto esfuerzo lo que está quieto en un papel.
  • Desde que son pequeños, mirad con él/ella libros de dibujos y contadles historias. Estad atentos al que en cada época los interesa para proporcionarles historias y libros que hablen.  Hay libros sobre todas las cosas.
  • Cuando empiecen a leer, ayudadles a elegir libros de su interés. Podéis pedir información y consejo a sus maestros, a los libreros en las librerías o a los bibliotecarios en las bibliotecas.
  • Que os vean disfrutar de un libro, revista o periódico. Comentadles de que va, qué os ha parecido la lectura e invitadles a participar de ella.
  • Después de que miren o lean un libro hablad sobre él. Que es den cuenta que para vosotros los libros son importante, como el pueden ser para ellos.
  • Visitad a menudo con ellos la Biblioteca o una Librería. Explicadles cómo y de dónde pueden coger los libros, y donde deben dejarlos. Dadles tiempo para que los miren, los repasen y los lean, aunque no sepan aún todas las letras.
  • Leed con ellos por lo menos quince minutos al día, todos los días. El mismo libro, periódico o revista o cada u el suyo. Y valorad estos momentos como verdaderos actos de comunicación y de diversión, nunca como una obligación odiosa.
  • Recitadles poesías infantiles y ayudadles a que las aprendan. Esto ejercitará su memoria además de favorecer que encuentren el ritmo a la literatura y a la vida. Podéis, también, hacer pequeñas rimas entre todos.
  • Aprovechad el momento en que se acuesten para contarles o leerles cuentos e historias Más tarde, que sean ellos los que las lean y así se acostumbraran a leer unos minutos cada noche.

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