Jugando, Jugando...
Como cada año por estas fechas, nos damos
cuenta que llega la Navidad por las luces en la calle, el turrón en los
supermercados y los catálogos de juguetes que nos dejan en el buzón, unos instrumentos para conseguir poner en tensión a los niños y las niños y que empiecen a
pedir; a escribir listas de regalos; a desear tener muchos juguetes, a
querer abrir demasiados paquetes.
Hay muchas posibilidades de hacer regalos a las personas, queridas o no, pero el “juguete” continúa siendo un elemento fundamental cuando nos referimos a regalos e ilusiones infantiles y a los negocios adultos. Hay ropa, materiales de deporte, libros…; pero donde se centran la Navidad y los Reyes es en los juguetes, evidentemente .
Antes que nada, pregunto, «como podríamos definir el juguete?» Es fácil responder que es un objeto que sirve para jugar. Si continúo preguntando, «qué es jugar?», la cosa no es ya tan fácil, aunque la respuesta suele ser: «Jugar es... jugar»
Hay muchas posibilidades de hacer regalos a las personas, queridas o no, pero el “juguete” continúa siendo un elemento fundamental cuando nos referimos a regalos e ilusiones infantiles y a los negocios adultos. Hay ropa, materiales de deporte, libros…; pero donde se centran la Navidad y los Reyes es en los juguetes, evidentemente .
Antes que nada, pregunto, «como podríamos definir el juguete?» Es fácil responder que es un objeto que sirve para jugar. Si continúo preguntando, «qué es jugar?», la cosa no es ya tan fácil, aunque la respuesta suele ser: «Jugar es... jugar»
Jugar es la manera que
tienen los niños y las niñas de aprender y aprender a vivir. Si nos
fijamos, desde que nacen, sin que nadie les tenga que enseñar, ya
están jugando. Empiezan a jugar moviéndose y así aprenden a moverse, jugando a
repetir una y otra vez el mismo movimiento hasta que lo dominan y
empiezan otro. Después echan todas las veces la pelota o el muñeco
fuera de la cuna o del parque, lanzan la bolita, saltan a la cuerda,
suben a la silla, visten y desvisten la muñeca, tiran del camión, paran
mesa con su vajilla y dan de comer a las muñecas o a la mamá.
Las
niñas y los niños aprenden a vivir jugando. A solas o en
compañía, en casa, en la calle -cuando les dejan- o en el parque.
También en la escuela, empiezan a aprender de letras, de colores, de
formas y de cantidades, hasta que la escuela se olvida que jugar es la
mejor forma, la forma natural de aprender. Van ensayando cómo ser
mayores reproduciendo en sus juegos lo que hacen los adultos: padres y
madres, maestros, médicas, policías…
Pero se puede jugar
con juguetes o sin ellos. Y con juguetes fabricados expresamente para el
juego infantil, aquello que denominamos específicamente como "juguete", o
con otras cosas que no pensamos que lo son pero que realizan esta función:
objetos de la naturaleza -palitos, piedrecitas, tierra, hojas de árbol,flores , agua...- o del mundo de los adultos -cazuelas, pinzas,
trapos, cajas de cartón, ...-. También, se puede jugar sin nada, con el
propio cuerpo y el movimiento: correr, bailar, subir, bajar o hacer
cosas con las manos y los pies. Con todo esto juegan, todos hemos
jugado.
Los juguetes, qué juguetes?
Ahora mismo el juguete se ha convertido en un objeto de consumo y de fabricación industrial, un gran
negocio y muchos pequeños negocios, pero debe quedar bien claro
que lo que importa no son los juguetes sino el juego mismo, el hecho de
jugar y facilitar que se juegue. Además, con juguetes o sin ellos, las niñas y
los niños necesitan tres elementos muy importantes para poder jugar:
tiempo, espacio y otras personas, tres elementos que los adultos les deberemos facilitar para que tengan un desarrollo como debe ser. Con
el juego con personas, en un lugar y un tiempos determinados aprenderán a
vivir y a relacionarse con otras personas, a gestionar el tiempo y a
responsabilizarse del espacio.
Pero estamos cerca de la Navidad y
Reyes, tiempos de regalos e, incluso, de juguetes, por lo cual
aprovecharé para hacer un resumen de los requisitos que necesitan
cumplir esos juguetes que iremos a comprar para que puedan ser elementos
positivos para el juego:
- Los juguetes debnen dejarse jugar, no pueden ser objetos que jueguen solos en el suelo o encima de la mesa, porque esto no sería jugar; jugar es acción e interrelación niños-juguete, niños-niños.
- No deberían centrarse en las diferencias de género, ni «de niño» ni «de niña»; si lo hacen, no les ayudarán a hacerse mayores alejándolos de prejuicios sexistas.
- Mejor pocos que demasiados; que la cantidad complica el hecho de jugar, favorece el consumismo desbordado y, además, después hay que recogerlos y esto suele complicar la vida familiar.
- - Debemos garantizar que sean seguros, que no se rompan y puedan lastimales, que no tengan piezas pequeñas que puedan ser peligrosas, según la edad.
En
resumen, lo más importante que hacen los niños y niñas es jugar,
empezando a comprender y aprender el mundo que les rodea y ensayando su
futuro. Los padres y las madres tienen la responsabilidad de su
educación y, con esto, la responsabilidad de sus juegos y con qué juegan.
Ahora es más difícil que jueguen con otros niños en la calle, porque la
calle no se considera segura como antes y no se les deja salir
libremente a jugar. Por eso debemos buscarles alternativas: parques, ludotecas, las casas de las amistades; lugares donde haya otros niños
y pueda haber algún juguete.
Vales de juego: otros regalos que hacen jugar también
Pongo
a vuestra disposición un álbum de actividades dónde con una larga serie
de regalos, («vales de juego») que no son juguetes y que los padres y
las madres pueden aprovechar para estar juntos con las hijas e hijos, hacer la vida y el futuro en compañía. Y, claro, pasarlo
muy bien e inventar nuevas maneras de relacionarse y de vivir en casa y
fuera. Sólo hay que abrir, imprimir, recortar y atreverse a compartir
esta compilación de actividades diferentes y muy baratas, que es seguro
que los gustarán.
Eduard Hervàs.
Psicòleg
@psicofamilia
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